28.1.10

En tiempos en que pensamos el futuro cercano

El clima político actual del país, en especial después de las últimas elecciones, ha generado una gran cantidad de debate. Muchos están preocupados por el futuro de nuestro de Chile, de nuestra sociedad. Es cosas de ver como en Facebook emergen grupos y campañas en contra de el futuro gobierno. Pero me surge una duda ¿estamos dispuesto a generar acciones para construir un mejor Chile o solo tenemos energía para atacar al otro? Es verdad que yo no concuerdo con muchos de los planteamientos que el nuevo gobierno propone, en especial en materias de educación y salud, pero ¿queremos aportar para un Chile más unido?

El rostro del futuro gobierno es, por supuesto, el presidente electo: Sebastián Piñera. Él es una persona que tiene muchas faltas a su haber. Está lejos de ser una persona intachable, es verdad (por lo menos hay mucha información que da cuenta de ello). En base a esto, y más que proponer el típico "el que esté libre de pecado que lance la primera piedra", se me viene un pasaje que comparto a continuación:

"Habiendo entrado Jesús en Jericó, iba pasando por la ciudad. Y sucedió que un varón llamado Zaqueo, que era jefe de los publicanos, y rico, procuraba ver quién era Jesús; pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura. Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí. Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. Entonces él descendió aprisa, y le recibió gozoso. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador. Entonces Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres; y si en algo he defraudado a alguno, se lo devuelvo cuadruplicado. Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido." (Lc. 19: 1-10)

Jesús nos llama hoy en día a "ser sus manos". Si me hago la gran pregunta ¿qué haría Cristo en mi lugar? Efectivamente, ¿qué es lo que haría?

¿Estamos dispuestos, en especial aquellos que nos hace sentido el evangelio, a poner todo nuestra parte para trabajar por nuestro país? Mi respuesta es si.




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